El Grano de Trigo


EL GRANO DE TRIGO (PARÁBOLA)

LA PARÁBOLA EVANGELICA DEL GRANO DE TRIGO
(relectura psicoanalítica y decodificación de arquetipos)
Evangelio de San Juan 12, 24-25
"En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna."
Lo que Jesús dice sobre el grano de trigo se ha convertido en un dicho de sabiduría que a menudo escuchamos citar en los círculos religiosos. No olvidemos que Jesús hizo esta comparación con la naturaleza en el momento en que estaba a punto de entregarse a la muerte. Sin embargo, esta frase ha sido a menudo mal utilizada para exagerar el dolor y la muerte en el sentido de sacrificio, una lectura dolorosa que exalta el sufrimiento como medio de salvación. De hecho es un pasaje que hay que analizar porque algunas de sus frases son muy ambiguas y pueden llevar a un malentendido muy grave, ¿cómo es posible odiar la vida, ¿para qué? ¿ para tener otra vida? entonces el odio sería una buena herramienta y la vida un mal, dicho en este modo todo se vuelve un caos y una loca confusión dialectal. Analicemos palabra por palabra... 

¿TE SIENTES SEGURO DENTRO DEL GRANERO DE LA SOCIEDAD?
Muchos están contentos, como el grano en el granero, de estar a salvo, tranquilos y al reparo. El grano es la personalidad, el granero es nuestra seguridad, nuestras concepciones utilitarias de Dios, la sociedad que aparentemente nos protege y nos dice qué hacer, que nos promete un futuro. En medio de la multitud muchos no se sienten solos, de ahí nuestras metrópolis que no son más que la demostración más contundente de la soledad del campo del corazón del que se quiere escapar. Acumular es uno de los objetivos màs aplaudidos del granero o pensamiento comun. Si tu como persona te quedas ahì en ese conjunto, montón, grupo social, nunca descubrirás la potencialidad que tiene un grano de trigo, es decir lo que sirve tu alma. Cuando le dice al grano que lo tienen que enterrar le dà miedo, es decir a la gente no les gusta que les digan que tienen que hacer un sacrificio: morir. Hay una muerte que da vida porque hace crecer la semilla y se convierte en espiga, luego en planta, luego capaz de dar fruto. Podemos temer este devenir, confundiéndolo con una muerte, y en cierto modo es porque ya no somos los mismos de antes, y entonces, por miedo, podemos decidir quedarnos como y donde estamos: en el granero, junto con el monto, la masa. Podemos elegir no crecer, vivir una vida que muere lentamente. Por otro lado, las personas que aceptan el cambio sufren esta muerte o transformación. En cambio, el grano debe morir, debe ser puesto bajo tierra...

DIOS PRIMERO LO ENCUENTRAS BAJO LA TIERRA 
NUNCA ARRIBA EN EL CIELO.
Pero llega el día en que el grano es sacado del granero, allá al aire libre tendrá más motivos para alabar a Dios (Dios entendido como vida, el Uno, la realidad), contemplando el sol, los árboles, el aire, las flores y sintiendo el frescor de la tierra. Pero un Dios que deja el grano en estas condiciones es solo un ídolo, muchos tendrán muchas razones para alabar a este Dios, pero su Dios no existe, es su proyección. Deseo a todos esta felicidad de publicidad y propagandas televisivas, que, a pesar de ser hermosa, al final se vuelve demasiado humana y vana. Ante estos deseos utópicos, la espina de los ateos que, no sin razón, niegan a este Dios que no hace más que náuseas con su alegría mal repartida, ya que son los poderosos los que tienen en sus manos lo que es el miserable deseo de un Dios que promete un granero eterno sin tener que cultivar ni sembrar.
Pero volvamos a la realidad, después de un tiempo, el grano se cubre de tierra, ya no ve nada, como los ateos bajo la tierra de la frustración, como los pobres bajo la humillación de los poderosos. El grano, sin embargo, no puede hacer otra cosa que lamentar el granero. La frescura de la tierra se convierte en humedad que penetra hasta los huesos hasta resquebrajarse y morir. Entonces se escucha un grito de lamento: “Si Dios existiera de verdad, cosas semejantes no ocurrirían”. Lástima que muchos no lo vean, aquí mismo, pues, estamos en la presencia de Dios, el grano con la muerte se convertirá en lo que debe ser: una espiga exuberante llena de muchos otros granos. Dios no es el granjero con los graneros llenos (los ricos capitalistas) es la ley de la naturaleza que hace revivir el grano que muere y se multiplica. Por eso cuando veo un Ateo que se enoja y niega a Dios me da ternura, no ve que se està negando a sì mismo, no se conoce, no ve a Dios en su mismo dolor que lo esta trasformando, en esa odio que lo hace morir, ahì està Dios. Dios es una vibración, sintonízate, no es un personaje del Olimpo. 


SI EL GRANO DE TRIGO NO MUERE NO NACE
Mucha gente ignora o no quiere entender esta ley de la naturaleza: la luz pasa por la oscuridad, la vida pasa por la muerte, la felicidad llega después del dolor  y viceversa. Si el grano debajo de la tierra no se parte, no se rompe, no brota y por lo tanto no da su fruto. Muchos quieren tenerlo todo pero no hacer nada, quieren ser alguien pero no saben quiénes son, quiero corregir a los demás pero no se criticarme a mí mismo, quieren encontrar a la persona adecuada pero son gente injusta, quieren entender la vida y no entienden el significado la muerte. Dios no es quien os salva de la muerte, esto es una ilusión de los dioses taumatúrgicos, Dios es esa fuerza que os enseña a afrontar la muerte y acogerla en paz, en la plenitud de una vida vivida en la verdad y la consciencia plena. Es una paradoja terrible, pero es asì: si el grano no muere se muere por siempre, se tiene que morir por poco para dar mucho. Y parece oscurecer todo lo sentido esta frase, pero es el espejismo engañoso de una lectura superficial. El propósito hacia el cual converge la frase es "producir": el grano produce mucho fruto. El énfasis no está en la muerte, sino en la vida.

NO HAY CRECIMIENTO SIN TRANSFORMACIÓN
NO HAY TRANSFORMACIÓN SIN MUERTE.
El paso de la vida humana a la dimensión divina es lo sublime de la vida espiritual, pero lo sublime no sería tal si su opuesto no fuera lo trágico: la muerte. De la nada a la vida hemos venido sin nuestro consentimiento, como los granos en la espiga, pero lo contrario, de la existencia humana a la divina, el paso (Pascua) no puede tener lugar sin nuestro consentimiento, es un consentimiento que se traduce en “fiat = sì, lo quiero hacer, que asì sea", tu  tu consentimiento para dejarse soterrar. Dios nunca lo hará, no se permitirá violar la virginidad de la tierra de nuestra voluntad. Dios es la fuerza de tu misma voluntad, no te violentas solo a menos que no seas paranoico. Es l avida misma que nos tira la tierra de las desgracias encima para hacernos crecer, para despertarnos, no es Dios, dejen de meterlo piamente siempre en todos los líos de la vida. Es el mismo fluir de la energia vital que nos lleva a este punto muerto. 

NO HAY MUERTE, SINO TRANSFORMACIÓN
Observamos un grano de trigo o cualquier semilla: parece una cáscara seca, muerta e inerte, en realidad es una pequeña bomba de vida. Una vez caída en tierra, la semilla no se pudre y no muere, son metáforas alusivas, porque creemos que todo lo que desaparece muere pero no es así. La muerte de la semilla no se da en la tierra, sino que inicia una obra infatigable y maravillosa, es el don de sí misma: el grano ofrece el germen su alimento (pero semilla y germen no son dos cosas diferentes, son la misma cosa), como una madre ofrece su sangre al bebé (madre y feto son también una misma cosa, un todo unico). Y cuando el grano lo ha dado todo, el germen se lanza hacia abajo con las raíces y luego hacia arriba con la punta frágil y poderosísima de sus hojas. Así que sí, el grano muere, pero en el sentido de que no se le quita la vida sino que se transforma en una forma de vida más avanzada y poderosa. Todo se transforma en la materia, más aún se nace el espíritu (iluminación) de alguna manera (en algún otro tipo de materia) debe condensarse toda esta energia. Si no lo crees por fe puedes llegar al menos por lógica, es una ley natural. Algunas semillas obviamente no brotan, lo mismo algunas personas desaparecerán con la muerte física, porque no hay vida adentro, el germen (el espíritu) no ha evolucionado.

EL SOL DEL SUFRIMIENTO QUE COCINA EL GRANO DE LA FELICIDAD
Dostojievski dijo: “Si a un pueblo se le da a elegir entre la felicidad y la libertad, ¡ay!, es capaz de preferir la felicidad”. La felicidad del grano en el granero de gente que se contenta sólo con lo material y superfluo, con una vida de esclavos mediocres en extremo, con tal de tener un techo, un vestido, un poco de comida, lo mínimo que deberíamos tener por derecho a sentirnos humanos, pero es esa parte la que les hace quedarse sin patria, sin dependencia, sin esa responsabilidad que da la libertad porque detrás de esa sencillez se esconde el deseo de querer más y más sin hacer nada por sí mismos hasta el final, con los auténticos valores del ser humano. Sólo cuando Israel quedó atrapado en el desierto, como un grano bajo tierra que llora las cebollas del antiguo granero de Egipto, se transforma, se convierte en un pueblo libre, dueño de esa tierra rica de espigas llenas de fruto: la vida de el grano está en cada uno de nosotros. Huid del sufrimiento con mil pastillas, no queréis cansancio, pero el sufrimiento es inherente al grano que debe morir y partirse, de lo contrario no hay fruto; las almas redimidas siempre pasan por la muerte del ego, cuanto más la evites más te desesperarás.


QUIEN SABE PERDER ES UN GANADOR
Las palabras conclusivas de Jesús parecen un juego de palabras filosófico y sofista: "El que ama su vida la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna"… pero en realidad son muy claras a contraluz, basta verlas a través de esa premisa "en este mundo": si amas vivir según el modelo social perderás la vida, porque no tiene fundamento natural la vida que ha creado nuestro sistema consumista y capitalista, porque no tiene sentido no seguir el fluir natural de la vida que pasa a través de la muerte, si en cambio odias esa superficialidad de masa y locura colectiva, si entiendes que la muerte es trasformación, entonces te salvarás de la ignorancia de la multitud y tu vivirás. Dios ama encerrar lo grande en lo pequeño, el universo en el átomo, lo invisible en lo visible, el alma en el cuerpo, el árbol en la semilla, el ser humano en el embrión, la mariposa en la oruga, la eternidad en el momento, amor en el corazón, él mismo en nosotros.


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